Dancing Mood, Fiesta con invitados en el Luna Park

El combo que dirige Hugo Lobo dio un gran show, con el aporte de Flavio, Rotman, Pablo Lescano, Dante Spinetta y otros.

Noche de gala la del jueves para la banda de Hugo Lobo en un Luna Park colmado. Dancing Mood Deluxe anunciaban ellos en la previa y cumplieron ampliamente su promesa. Montaron en el escenario una orquesta de cuarenta músicos e invitaron amigos de todos los géneros -de la cumbia al hip hop y del reggae al rock- para compartir el escenario. Un lujo para todo el mundo: para la misma banda, para los invitados y, sobre todo, para la gente que lo vivió como una verdadera celebración.En un guiño al templo que vio campeón a Pascual Pérez, Galíndez y Monzón, la orquesta comenzó con la melodía de las películas de Rocky luego de que Claudio Orellano, histórico presentador de Crónica TV, hiciera la presentación oficial de la orquesta y los catorce músicos de Dancing. Las figuras que desfilaban por los pasillos anticipaban lo que sería una noche especial. Desplegaron su característico repertorio variado donde cada estado de ánimo va encontrando su lugar. Romanticismo de la mano de algún éxito del pop de los '80 como It Must Be Love de Madness en la voz de Flavio Cianciarulo, o con Patricia Sosa haciendo su versión de Just Dont Want To Be Lonely. Agite y baile con Skafrika de Skatallites con "Maikel", guitarrista de Kapanga, como invitado. Fidel Nadal poniéndole picante a Enjoy Yourself de The Specials y con Pablo Lescano metiéndole ropa deportiva y sabor a cumbia a una noche de saco y corbata con Confucious. El deleite llegó con Diego Arnedo en el bajo y Dante Spinetta en guitarra haciendo Fantasy; y con Mimí Maura y Sergio Rotman en una versión para crucero por el Caribe de Yesterday Once More de The Carpenters. Hubo también un pasaje de improvisación en clave de son cubano de la mano de El Guajiro en Police Woman, canción que cerraron con los acordes de La Bestia Pop (esta vez sin la presencia de Skay). Occupation y el trencito masivo de la gente fueron el punto cúlmine de una noche que quedará en la memoria de la banda y su gente por mucho tiempo.